12/3/2011
Recogí la mochila del suelo y me la colgué del hombro, abrí la puerta de la casa y salí corriendo gritándole una despedida a mi madre, Bajé las escaleras del porche concentrada para no tropezar, pero cuando alcé la vista, la calle desaparecía ante mis ojos, todo se volvió oscuro y empezó a girar, sentí que mis piernas perdían fuerza haciéndome caer, cerré los ojos con mucha fuerza esperando a que todo pasara. Al cabo de cinco minutos sentí que la luz volvía a bañarme el rostro y el suelo se quedaba quieto.